jueves, 11 de agosto de 2011

Capitulo IX

De entre la oscuridad del alma, la voz de la parca Laquesis, deciame: Al final del camino te verás, como lo que siempre fuiste, y serás, el creador absoluto, libre, de todas tus vivencias, y cuando veas tu vida, a la luz de la conciencia ¡Que, es maquina, que solo graba para Ella! Sentirás una compasión enorme, por Ti Desearas haber evitado tanto dolor, sufrimiento, pedirás, suplicaras, imploraras, una nueva oportunidad, pero ya la madeja tejida por Mí, ha llegado a su fin, solo mi hermana Atropos, puede ayudarte, cortándote el hilo de la vida, y deshaciendo la madeja que tu creaste.

Mi esposa, con mesura, bondad, benignidad, sensibilidad; Auscultaba, para saber que me sucedía; Callaba con grandes esfuerzos, trataba de cumplir con mis obligaciones; Caí enfermo, con fuertes dolores, en el estomago, de emergencia fui conducido a una clínica, era una apendicitis crónica, debían operarme de emergencia; Al practican los exámenes, requerido, entre ellos el de sida, salgo positivo; Confieso ¡He, tenido relaciones homosexuales! Debo, decir los nombres de las personas, todo acabó; Así fue, como llegue al mercado, de tanto vagar, conseguí refugio, los chinos del almacén, me ayudaron.

El maestro Platón, enmudeció mirando sin ver; Tomó el último litro, se lo pego, a pecho, sin darle resuello. Nauseas sentí, un nudo que se atoraba en mi garganta, represaba las lagrimas; ¡Brotaban! en contra, de mi voluntad; Al otro día, cuando despuntaba el amanecer, frente al guacal del maestro, se aglutinaban un grupo de personas, pregunte ¿ Que, sucede? al unisonó, varias ¡VOCES! me contestaron. ¡El maestro……… Se, Ahorcó!

Hay, miles de manera para suicidarse, las clásicas: Ahorcase, Envenenarse, Dispararse un Balazo, Cortarse las Venas, Sobre Dosis de Barbitúricos, Droga; Existen otras, que es necesario tener valentía, o saber que todo es un sueño, para acometerlas; Son las lentas, conscientes, cuyo objetivo es pagar en vida la ocurrencia, error, desatino, mala hora, jugarreta del azar, y, se ejecutan con tan flemática planificación, que de por si demuestran, coraje, valor, ira, incumplimiento, a sus valores, deshonra, a los seres queridos. Podría pensarse ¿Qué valor tiene, el torturase tan cruelmente?

"Vida que pasas, tú no sabes, con cuánto dolor, me trajo mi Madre”.
Te admiro; eres indiferente.
Mágicamente apareces, sin decir ¿el por qué?
¿El destino, los duendes? Tus incondicionales esclavos.
Llegas despertándonos, de un sueño; ¡Y! te vas, siéndolo.
¿Eres ficción, ilusión, fantasía? ¿Bufonada, sin sentido?
¡Luego de nacer, te ansiamos!
¿O, quizás? Te despreciamos, Calladamente
Alegría inconsciente; En la infancia; ¡Corres con prisa!
¿Rebeldía, Apariencia?
Cremallera dentada, que agarra
Criadero de fantasías, sueños, que desgranan
Silenciosamente, con suprema maldad
Sin dejar, despertar, ver, saber
Es breve, hoyo en el camino
¿Simulación de Inmortalidad?
Efímera flor, de rápido marchitar
< ¡Pretérita juventud! > “Como te Anhelo”
Madurez, desespero de la mente.
Lirio Venenoso; Flores Blancas.
Declive penoso, vientos Céfiros del Oeste
Turbulencia, que arrastra
el semblante < ¡Mugientes Sonidos! >
¿Que desean? “Ser” ¡Apetitos desordenados!
Placeres, incontinencia, liviandad, lascivia
¡ÉL! ¿Quién? Tiempo, se hace presente
Con, sus realidades ¡Que, son, quizás, ilusiones!
Sogas peludas; Tejidas con Alambres de Púas.
Vejez displicente, mórbida
Que quema, el Espíritu, fin que se teme
Desliz, sin obstáculos; ¿Para qué mentirnos?
Transfiguraciones, Insondable
De las carnes, escape planificado, premeditado.
Rostro Engalloso; Poses Inocentes. ¿Imitar al Párvulo?
¿Reflejar Lastima? ¿Pordiosear Amor? ¿Perdón?
Laberinto encerrado, prisionero.
¿A Sabiendas?
Burlador falso, sin la esperada Paz
Tú no eres lo que he buscado.
Jamás te presentí; Ni ocupe, de tu existencia
¿Qué eres? Ignoro. Poca importancia, Mereces
¿Naci, pare ello?
¿Cuánto, me has buscado?
Quizás, yo te he ansiado, sin tu saberlo
La idea me viene, de un pasado soñar
De algún lugar, que seguramente, he compartido contigo.
Evoquemos, mientras nos conjuramos
< ¡Hagamos la Paz, con fluidez afectuosa! >
Movimiento impulso, escalofrió de fiebre
Nerviosismo del alma
Aguardo a ver; Lo que tardó, en morirme
Enmohecido, estropeado, displicente
Entusiasmo, emoción, angustia, afán,
Sin amilanarme, me disfrazo
Multitud de personas, a duras penas me limpian, purifican;
Es el mundo, Globo Terráqueo,
Enemigos, Ratoneras, Galerías,
Cubierta de excrementos,
Mutabilidad, Inconstancia, Mutilación,
Cambio de hombre, a mujer,
Transformase, mutuamente,
Mente muda, inanimada,
Dardo de odio, misterios sepultados, idos,
Ceremonias secretas, sacramento del altar,
Sacrificio en el Averno Desolado,
Contrariamente a lo esperado.
¡No hay! barquero, ni Careonte;
¡Llevó! …………..”La moneda”
¡Cerbero, no aparece!
Tengo desagradablemente ¡Que mirarme! ¡VERME!
Palabras, Suposiciones, Teorías;
Iniciar la eternidad de la nada; ¡Meticulosamente!
Atalaya ¡Un fuego! SURGÍA; De algún lugar elevado,
Estaba en acecho, en una nave,
Atisbando, envigorizando, desde una gruta
Enclavada en la montaña,
Sin tener esperanzas, ni confiar;
Seducían, Cautivaban, Persuadían,
Con halagos, embóbame sedosamente,
Suavemente. Debilidad absurda
Ligeramente amarga. Fingida Libertad,
Desvelos aturdidos, que pasman,
Ahogando las sediciones, con estupor extático
Seductor; Viciar; Contaminar
En el momento mismo de la marcha,
Bajo el dominio del juicio oculto,
Cultivo de las facultades; Espirituales,
En rivalidades secretas
Llevadas antes de la Crucifixión;
Aplicar, ahincar, ARCHIVAR, CUARENTA
¿Quiénes? ¡El VATICANO!
Suplantar hacer pasar, por verdadero lo falso
Quemar, subvertir con penetración aguda;
Excavación, llevando a cuesta, sin poder responder;
“¡Grito!“
¡HUMEDO, AMBAR! Amarillento

La fiebre comenzó a ceder; Doña Ana, la dueña de la pensión, acudió al siguiente día, en horas del mediodía, , en sospechas de que algo me sucedía, al no haber salido de la habitación, siendo mi costumbre, madrugar; Encontró como ella luego narro, en un estado lastimoso, deplorable, el cuarto inundado de vómitos, ardía en fiebre escalofriantes, sudores transpirabansé por mi piel, hablando locuras, la voz del más allá, según ella, ruidos gruñía, vociferaba, alborotaba mi cabello, desencajaba el cuerpo, como si estuviese posesionado, por los demonios; Llegó, un seminarista, niño, hizome recordar, lo que fui.

-Reposado, pausadamente, recitaba, hablaba como un doctor- Según la expresión de doña Ana. -Nada de lo que usted decía, entraba en mi viejo cacumen, pero eran tan bellos las locuras que decía; Que al escucharlo hubo momentos que me arranco lagrimas, al menudeo primero, luego sin poder atajarlas se desprendían como la ceniza del tabaco de mi comadre Juana, cuando comienza a jalarlo frente a las imágenes de la Virgen de Chiquinquira, y la diosa María Lionza, pidiéndole un favor, que nunca es para ella, y en desbocado alud, tal si fuese nieve, se avienen en precipitación demente, avisándole que el pedimento está aceptado; La piel erizó, como las de mis gallinitas, cuando las agarro para sacrificarlas, y presienten que su hora es llegada; En ese estado me encontró mi comadre Juana; Y usted, tranquilo con la vista fija al techo, aproveche la oportunidad, para darle una medicina que mi abuela invento, con varias raíces de plantas, que sacan a Satanás de la mente, del alma, de los borrachos; Porque, si bien es verdad, que los rascados* dicen lo que en realidad piensan, a veces el diablo, o uno de sus esclavos, aprovecha la confusión para hacerlo suyo; Y ¡ahí! si es bien difícil arreglar al pobre cristiano; Usted, va para tres días en este trajinar, gracias a Dios, que se le ve muy mejorado, voy a prepararle una tina de agua tibiecita, para que se bañe, luego serviré un buen caldo de gallina negra creada con maíz, aquí en el patio de mi casa, creciendo, comiendo, esparciéndose, recibiendo su solecito, hasta que lo desee, y cuando no, se abrigan debajo de las matas que si no fueran por ellas, asados estuviéramos todos, durmiendo como Dios manda; No como esos pobres animalitos que crían ahora, sin la misericordia del Señor, sin dejarlas dormir, con luz eléctrica todo el bendito día, ellas comen que te comen, mételen jeringas, y que de vitaminas, y en quince días los desgraciados animalitos ya pesan como cinco kilos; No señor, eso es ir contra lo que es natural, bien criminal que es; Con ese caldito, que yo le pongo doble recao de olla* se le terminara el despabilamiento- Luego del baño, y el hervido, dormí hasta el otro día.

Cuando comenzaron a cantar los gallos, de la pensión, que eran los únicos hijos, de doña Ana; pensé la prodigalidad, amabilidad, amor al prójimo, que poseen miles de personas que actúan ayudando a los menesterosos, inválidos, niños de la calle, sin hacer alardes de sus bondadosos procederes; Pasan desapercibidos, ignorados, en esta sociedad virtual, guiados por un subjetivismo aberrante; Yo, Mí, nada de él, ellos, criadero de parasíticos; Doña Ana, podía vivir tranquilamente fuera de la pensión, en un lugar más cómodo acorde con su edad, sin embargo a las cinco de la mañana, estaba en el ajetreo con su comadre, limpiando, cocinando, para los pensionados que desayunan en el sitio, los menesterosos que acuden religiosamente, diariamente a yantar en un salón, que les tiene asignados; Todos estos pensamientos, me causaban indignación, conmigo mismo; En realidad en ningún momento, me había detenido, a meditar sobre la labor que realizaba esa anciana, siempre con su sonrisa a disposición, como abertura de flor al amanecer; Me di de cuenta, del egoísmo que prevalece en los humanos, que nos hace pensar, estar seguros, que el único mundo es el de uno, fuera de ahí, nada importa; Es cazar diariamente, guerra silenciosa, donde se entretejen todas las madejas, mirando por un solo orificio; ¡Él Nuestro! todo enfocado con un solo objetivo, vencer, saciarse, dominar, estrujar, joder, escoñetar, a los demás, no importan, los métodos, bajezas, daños, es sobrevivir, por encima de todo, luego Dios, proveerá el perdón; Ya habrá tiempo para ser perdonado, Y si don dinero está presente, duda no habrá, que, que por lo menos la sensación de que estás viajando en un Apolo a los Cielos dejaras, entre los presentes, ausentes, diarios, televisión, floristería; Cada día, sale a la calle un pendejo, el que lo agarre de primero, de él es; Ser prospero, es ser tramposo, ganar sin trabajar, disfrutar al máximo, la vida, ¿Para qué jodece? Si siempre, nos vamos a morir. Así pensamos, la inmensa mayoría; Y viene, la doña Ana, a contrariar las reglas sagradas de la vida; < ¡Arrechísimo, Encojonado, levante! > Vestí, y salí a la calle.

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