jueves, 25 de febrero de 2010

ULTILOGO

Algunos seres humanos afirman que la “sabiduría” humana (si la hay), es la misma serpiente por la cual se opuso al Creador de Adán y proporcionó al ser humano el conocimiento. Por eso se dice que la serpiente es el más sabio(a) de todos los seres vivientes. Y sostienen que la posición y el aspecto de nuestros intestinos por los que circulan los alimentos, manifiestan la escondida sustancia generadora de la vida (léase hez, excrementos), que está bajo nosotros bajo figura de serpiente. Ahora bien, casi todos, por no decir todos, los anos de los humano, se originan por la boca; cuando se habla mucho se esclaviza el hablador, cuando se corre mucho sin controles y lo que sea se atrofian todos los órganos, trabaja en demasía la serpiente intestinal y daña su salida (léase ano); así mismo el cerebro asemeja a una serpiente enrollada en invierno y se atrofia, por dos causas principales no usarla y usarla en demasía.

De igual manera la serpiente intestinal desvía al hombre esclavizándolo de dos manera. 1) cagando demasiado por comer en demasía. 2) cuando se utiliza la boca de la serpiente no para descargar, sino cargarlo con un falo, tal como lo definían, tartaculeano y esdeno y todos los sodomitas de otros y de adelante.

Reflexionemos entonces, éstas son las madres y los padres de algunas de las pesadas cargas y cagadas que debemos soportar en el transcurrir de la vida. Para algunos se hacen ligeros o simplemente no existen, porque sencillamente ellos pasan sin darse de cuenta de su pasaje; y otros transcurren con demasiada carga porque lamentablemente se pusieron a averiguar cosas y descosas que originalmente no eran de ser carga, pero que poco a poco y andando zigzagueante como la serpiente y subiendo y bajando como un pozo de hez los hicieron suyas, en aras unos de saber por saber, otros para llenarse de billetes y los más, y más superficiales para hablar por hablar y no decir nada.

Unos se salvaran porque no sabrán ni siquiera cuando se van, los otros ya captados por su maligna costumbre de querer saber e inverosímil persuasión con la que creían recibir el conocimiento de algún misterio mayor y más sublime y que torcidamente se dejaron con suficiente anchura, serpenteando en los caminos meserimamente e inconscientemente se fabularon para buscar desvelamiento donde no había sino claridades luminosas sencillos y fácil de seguir.

Dejémosles pues a cada quien su pedazo de pan, que él haga lo que mejor crea conveniente, mastícalo o disuélvelo siempre el final será el mismo.

No os notifiquéis, anda el camino, toma las bifurcaciones que le presente el destino, lucha hasta donde sea conveniente y permitido, pero no fallezcáis en el intento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario