viernes, 5 de marzo de 2010

AMATERUSA Y EL NACIMIENTO DEL IMPERIO JAPONES (leyenda- fabulada- oral)

Hace miles de millones de años, el Señor de todos los Señores, el Dios de todos los dioses, miro hacia la tierra, porque, aunque, no existía luz en ella, Él lo puede ver todo, sin necesidad de la luz, apiadose de la eterna oscuridad, en la cual vivían todos los dioses inferiores, los animales, las plantas y árboles no existían, por que la mayoría de ellos, y las bellas flores, se negaban a existir, ¿por que quien las iba a ver, oler sus fragancias, y regalarlas en ofrenda de amor?.

Dijose pues el Dios, de todo lo existente y lo por existir.- Voy a concederles a todos las semillas, que duermen en la eternidad de la oscuridad sin poder germinar, la bendición de la luz, de la alegría, de la esperanza. Del amor. Hasta ese momento, los océanos, los lagos, y los ríos, ocupaban la mayoría del espacio de la tierra. Envió el gran Dios, a uno de sus emisarios llamado Izanagi, por aquellos tiempos, en medio de las aguas, apareció una isla que nadaba entre las turbulencias de las aguas de los grandes mares, hizo pues que esta isla parara en su eterno peregrinar, así nació el Japón. Todas las deidades o emisarios del gran Dios, eran hermafroditas, menos ÉL, estas deidades se reproducían por sí mismas, pero Izagani, se desdoblo en un ser macho y en un ser hembra, a los que el gran Dios, les dio por nombre: Izanami, que significan " el honorable que concede abundantemente y la honorable que excita al macho en locura". Constituida esta primera pareja, mirándose estos dos primeros seres, se preguntaron- ¿existirán continentes e islas, abajo en las profundidades?, y provistos con una lanza roja de una piedra preciosa llamada Nukobo, comenzó la primera pareja a remover el fondo del mar, y así formaron la isla Onogoro. Fue allí donde Izanagi e Izanami establecieron su vivienda y en ella posteriormente nació el imperio Japonés. En el primer encuentro, ya definido los sexos, la dieida macho descendió por el lado izquierdo, y la hembra por el lado derecho, al encontrase la hembra al verlo, y fijar su vista en su órgano sexual, en demasía, sin control, irracionalmente exitose, e inmediatamente dirigiose a él, y así le dijo- Estoy extasiada de encontrar a un hombre tan bello, tan esculturalmente formado, daria mi divinidad porque fueras mío-. Izagani, no podía evitar su ira y contestole- Acaso, no te has dado cuenta de que soy macho, es el hombre quien debe hablarle primero a la mujer, -¿cómo te has atrevido a hablar , antes que yo, siendo tu mujer.? La mujer aturdida, deshecha, por el trato que le daba el macho, siguió su camino, y a partir de ese momento se estableció esa costumbre que aún hoy perdura en el Japón, lo mismo hizo el varón, vagar sin rumbo. Pero Izagani, que había podido esconder su eyección, anhelaba conseguir nuevamente a Izanami, anduvo errando por toda la isla y ocurriosele buscarla en el sitio de donde se habían desmetamorfeado en macho y hembra, allí la encontró triste, apesundunbrada. Dirigiose Izagani a Izanami- Que feliz soy de poder encontrar a una mujer tan bella, con esos cabellos negros como el azabache, con ojos que parecieran escrutar de una sola mirada todo lo que la rodea, con un cuerpo liso y brllante como el marmol pulido, todo mi ser arde por ti-. Contestole Izanami, sin mirarle a sus ojos, con la cabeza inclinada.

- Yo, cuando nos encontramos la primera, y ahora también, siento en la parte baja del vientre un fuego que abrasa, que me quema, y me hace sudar-. A partir de allí, quedo la costumbre que aún perdura, que cuando una mujer se dirige a un hombre, no lo mira a los ojos directamente e inclina la cabeza.

Abrazaronse con una violencia devoradora, animal, sin amor, sin ese placer que nos va adormeciendo, haciéndonos vibrar, como si nos transportásemos a un mundo eterno, desconocido, embriagante, irrepetible, y sin conocer el amor, juntaron sus cuerpos, de esa relación eminentemente carnal, dieron vida, y así nació el dios Hirugo, imbécil y cretino, y desmedrado que sus padres lo abandonaron en medio de las aguas de los océanos dejando que las olas se lo llevaran sin destino, sin rumbo, la segunda vez que se unieron lo volvieron a tener una relación sexual, como dos animales, y engendraron una isla de espuma que se hacía y deshacía.

Acostarosen en la playa, uno al lado del otro, sus miradas se perdían en la inmensidad insondeable de la infinita oscuridad, sus pensamientos los comenzaban a unir, ambos no comprendían, el porqué de sus dos desafortunados engendramientos; mirarosen sus ojos reflejaban, otros sentimientos, sintieron dolores punzantes en sus pechos, escuchabasen los latidos de sus corazones, que a cada segundo palpitaban con mayor aceleramiento, Izagani, admiro los pequeños y bien formados seno de Izanami, los tomo con delicadeza entre sus manos, acaricioles, beso con ternura, siguió besando todo su cuerpo, hasta llegar al crisol engendrador donde toda la pasión ya derretía su néctar, ella contorsionaba todo su cuerpo, de lo más profundo de su alma salían unos extraños sonidos intiligibles, guturales, que expresaban su felicidad, la pasión del amor, y que retumbaban como un eco, en los mas recónditos infinitos del firmamento, penetrola Izagani, pero esta vez, iniciaban un viaje a mundos ignotos, vedados hasta ese momento, y que solo llegan a conocerse cuando se ama, es, ese, el mismo Dios primigenio, se hace " UNO", por instantes, que son toda una vida, que engendra, que une las dos almas, en una sola, que la sangre se une, como dos ríos, para dar nacimiento a uno nuevo, puro, nuevas vidas que nacen de dos vidas, de ese momento nacieron la TIERRA, LOS VIENTOS, LOS MONTES, LOS ARBOLES, LAS MONTAÑAS Y EL ÚLTIMO EN SER ENGENDRADO EN ESE ACTO FUE EL FUEGO, quien por su misma naturaleza hacedora, y destructora, hizo morir a su madre. Enloqueciose Izagani, y en ira incontrolable, arremetió contra el recién nacido dios, trataba de decapitarlo, pero de cada gota de sangre que emanaba a cada golpe, surgía otro dios fuego. Resignose Izagani al dictamen del Dios supremo y enterro a Izanami, en el monte Hiba. Pero, su amor despertabase, en su corazón, y sentía que a cada momento, moría sin morir, en locura, corría, deliraba, sus lamentos se escuchaban en todos los mares; dirigioso presuroso a los infiernos, a la morada donde primero van todos los muertos. Busca, a su amada, pero ya era demasiado tarde, Izanami, había probado ya los manjares del mundo subterráneo. Clamó, con desesperación Izagani al Dios de los dioses, postrose de inojos y le rogo le regresase a su amada, acepto el Dios de los dioses, la súplica, pero hubo de ponerles una condición, que no se verían, hasta que Él, les avisase, aceptaron la condición solemnemente ambos amantes, pero cuando se ama con el corazón y no solo con los sentidos, sino con el alma, es como un huracán, como un terremoto, que de pronto despierta y sin conciencia nos conduce a la perdición. Izagani con la ceguedad del enamorado no pudo esperar más, corrió enloquecido en búsqueda de Izanami, penetro nuevamente a los infiernos hubo de luchar contra inmensos dragones, serpientes gigantes, leones de tres cabezas, pero él con la fuerza que da el amor, a todos venció, llego por fin hasta Izanami, abrazarose, besaronse, eran fuego dentro del fuego , más abrasador que los mismos fuegos volcánicos en nacimiento, acariciaba su larga cabellera color azabache y en ese preciso instante rompió uno de los ganchos de su peineta, transformose Izanami,en una masa de carne en estado de putrefacción, no había ninguna posibilidad de reconstruirla, era el castigo por haber desobedecido al Dios de los dioses. Abalanzaronse sobre él, los ocho truenos ayudados por las horripilantes hembras infernales, lucho Izanagi, y logró escapar de sus furias, salió del submundo infernal y con una enorme piedra, una inmensa roca sello su entrada.

Lloro con desesperación, vagaba sin rumbo predeterminado, así cansado de deambular llego a la isla KYUSHU, por donde corría el rio de los naranjos, y cuyas aguas eran de una pureza absoluta, purificadora de los dioses, ballose en ellas, con su alma destrozada de sus ojos corrían como si fuesen un manantial las lágrimas, y así confundidas, las aguas sagradas con las lágrimas del amor, cayo de su ojo derecho, una perla, formada de sus lágrimas y de las aguas del rio y nació la diosa TSUKINO-KANI, la diosa de la luna, de su izquierdo cayo otra perla y nació AMATERUSA, la diosa del sol, y de una rubí que le resbalo por la nariz, nació SUSANOO, el dios de la tempestad, violento y destructor, derramador de sangre y dolor.

AMATERUSA, era el vivo retrato de Izanami, la adoración de Izanagi, y en expresión de ese amor, la designo para gobernar el mundo, disgustose Susanoo, dedicose acometer todo acto de destrucción, llegando a desbastar el palacio de su hermana Amaterusa.

Tanto se ofendió la bella y dadora de vida, que decidió alejarse y se refugió en una profunda caverna, dejando el mundo a oscuras, lo cual permitió a los espíritus malignos esparcirse por todas partes. Apoderabase la diosa de la muerte, de todo lo viviente, hasta su hermana la diosa Luna fenecia. Enrostradas sus caras, desencajadas, por tan nefastos y exterminadores aconteceres, dirigieron los otros dioses, implorantes, al Dios de todos los dioses les ayudase en tan exterminador conflicto. Apiadose, ÉL, y les proporciono cientos de gallos, tres mil árboles, miles de pájaros, y el astuto dios Kami, ocurriolese llevarle, a la bella Amanterusa, un gigante espejo. Como los gallos por instinto presagian el amanecer, don que les fue otorgado, al unísono todos ellos al acercase ese momento, entonaban el aviso de la inminencia del amanecer de una nueva vida, de un nuevo comenzar, que produce en todos los corazones en todo lo viviente un placer en el alma, en los espíritus, en la esencia de toda la creación, un deleite, una alegría indescriptible, y que la modernidad, los adelantos " científicos", el egoísmo, la no observación a la belleza de la vida nos ha borrado de nuestra mente, luego de ese hermoso canto del despertar, iniciaban sus cantos los miles de pájaros que formaban coros, que estremecían a los mismos dioses, y al Supremo Formador, despertaban los árboles, las plantas, las rosas, los jazmines, malavares, los ceresos,aves del paraíso, los claveles, los calas, azucenas, hortensias, azalias, violetas, los nardos, pensamientos, las orquídeas, y eran tal las esencias aromáticas, de tal magnitud, que penetraban , hasta el tenebroso inframundo de los muertos, de allí se deriva la costumbre de ofrendar a los muertos con su belleza y sus fragancias, y con los inciencios que de ellas se obtienen, asomose Amanterusa, por un pequeño agujero de la profunda caverna donde se había refugiado, y reflejose su infinita luminosidad, que sólo ella tiene el poder de contemplarla a plenitud, en el espejo, quedose extasiada de su propia belleza, de su poderosa LUZ; hizo lo mismo el segundo día, pero cuenta se dio, que los cantos, los olores, los verdores de todos los que le proporcionaban esa alegría del continuo, eterno, infinito engendramiento, comenzaban a no tener la misma fuerza, que los colores, las formas, los cantos se habían, debilitado, apidose el tercer día, y perdonando las ofensas a las cuales había sido expuesta, ultrajada, abandono su voluntario encierro, sentía que era su Amor, esencial , su infinita luz, su energía hacedora de vida, para que pudiese continuar la existencia.

Comenzó, un nuevo amanecer, por eso se dice, cada día que amanece, comienza nuevamente la vida, pero no únicamente en sentido figurativo, sino en la realidad, todos los días se puede comenzar de nuevo, deslastrarse. Ese nuevo amanecer, comenzó para Susanoo, el Macho Impetuoso, apenado por su egoísta proceder, y por qué ya en su corazón sentía el germen del amor hacia la diosa Amaterusa, que lo había tenido siempre en su alma y se le manifestó como odio inicialmente, porque su esencia violenta lo acobijaba, aun en los dioses ese sentimiento que se complementan como toda dualidad, se apodera de ellos y los ciega, al igual que a los seres humanos. Pidió, pues Susanoo, a los otros dioses que acordaran un castigo para él, por su oprobioso comportamiento , hacia la bella y esencial diosa Amaterusa, en conclave, decidieron los demás dioses de los infinitos espacios celestiales, expulsar a Susanoo de los cielos siderales, asignándole el imperio de los mares y océanos, así mismo despojarlo de sus uñas, y de sus cabellos, pero para posesionarse de ese imperio, le era dado a Susanoo vencer al monstruo, de ocho cabezas y ocho colas, que con su cuerpo abarcaba ocho colinas cubierto todo de un espeso bosque de cedros gigantescos, sus ojos escupían fuego. Acepto Susanoo, la sentencia de la asanblea de dioses, y con su espada, que habiale regalado el dios de la guerra; marcho a su destino; ocho días con sus noches duró la pelea entre los dos, una cabeza por día arrancabale Susanoo, y en las noches arremetia contra sus bosques, el octavo día, cortole su última cabeza, y cuando intrujolo su espada en su estómago, logro abrírsela, pero esta destrozada quedo, un sonido metálico se produjo con otro metal y partiose en mil pedazos, asombrose Susanoo de tan grande prodigio y con su furia terminose de abrirle el sangrante vientre, luchando con la sangre que se vertía como un furioso rio, que amenazaba con impedirle lograse su objetivo, venció Susanoo, la corriente viscosa, que amenazaba su fuerza, al llegar al sitio donde presentía habiase producido el choque de su invencible e irrompible espada, su asombro hizole retornar a la calma y maravillado contemplo perplejo, la brillante pequeña espada, que resplandecía como si tratase de imitar la luminosidad de la diosa Amaterusa,de la última cabeza que cortole al fiero dragón le extrajo una bella joya, latiole con fuerza tempestuosa su corazón, transportado por duendicos vientos, presentosele a la bella diosa y ofreciole en presente, la maravillosa espada divinizada,y la excepcional y única divinizada joya, obteniendo su perdón y su amor. Amarosen; Amaterusa y Susanoo, de esa unión nacieron otras generaciones de dioses, de una de las cuales procede la dinastía imperial del Japón; estos dioses se fueron a través de los años metamorfendose, hasta nacer Jimmu, nieto de Amanterusa y Susanoo, primer emperador, del JAPÓN quienes a partir de ese momento fueron ungidos con la palabra Tenno, que significa Emperador Celeste y Tenshi, que significa el hijo del Cielo, en regalo su abuela Amaterusa, le obsequio, los tres Tesoros Sagrados: EL ESPEJO- EL SABLE- Y LA JOYA, desde entonces todos los emperadores del JAPÓN, reciben la denominación de JIMMU- TENNO, y los tesoros sagrados permanecen guardados, bajo la responsabilidad del emperador, en el templo antiguo de ISÉ.

Por eso se dice: cuando las Islas del Japón, son azotadas por los huracanes, tifones, o temblores de tierra, es porque están riñendo la diosa Amaterusa y el dios Susanoo, por problemas que tienen sus hijos japoneses, y nunca olvidéis que después de la tormenta viene la calma, lo importante es no olvidar, porque se produjo la tormenta, el macho es la ira, la hembra su borrador.

Esta historia, cuento, leyenda, como queráis denominarla me fue referida por un marinero japonés, que quedose anclado en ciudad de Panamá, por estar borracho, y cansarse su capitán de tanto esperarlo.Pero todo lo acontecido durante el tiempo que tuve el honor de conocer a Susanoo, que así se llamaba, lo contare en otra historia, que considero una de las más llenas de hechos, aconteceres tan inverosímiles, que yo mismo ya en mi vejez a veces dudo, que hubiesen sucedido. O, quizás son historias que he soñado desde mi infancia, y ahora se me hacen realidad, en mi mente ya senil.

4 comentarios:

  1. Excelente, muy bello.

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  2. muy buen escrito Sr. Tiresias.
    Me gusto la manera como expresa los sentimientos de los personajes.

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  3. Un mito, una leyenda escrita de manera exquísita, llena de simbolismo de la más pura esencia. Felicitaciones señor Tiresias.

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  4. Excelente!!! Me encantaria conocerlo en persona. ¿De donde és usted?

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