Corrí hacia él, recordé su parquedad, detuve mi andar, en sus labios se asomo una pequeña risa, abrió sus brazos con emoción me dijo –Sabia de tu percance, y llegada ¿Ya, el comisario te sermoneo? Ese no tiene entrada, ni siquiera en el infierno, el diablo con toda seguridad le temé, al igual, que todos los políticos, millonarios súbitos, delincuentes de cuello blanco, jerarcas religiosos; ¡A mí, no me ha matado! por la cantidad de favores que le he hecho, y la pruebas documentadas que poseo, él tiene conocimiento; He sido parejo en eso, desde que nos desintegraron, siempre estoy con los dos bandos.
Hombre más despiadado, astuto, hipócrita, de dobleces, que convencen al mismo Dios, es difícil vuelva a nacer ¿Cualidades de él? Crueldad, sanguinario, mente psicótica.
Solicite el cambio de pabellón; El comisario mayor, nada dijo, no se molesto en mirarme.
< ¡Bella lujuria! > ¿Cuando cesaras de invadirme, inundarme? ¡Erotismo eterno! Salimos de una casualidad, para la vida, e iniciamos la única ilusión real. El laberinto, su recorrido siempre es ficción sin distinción, es igual. Somos diablos de la voluptuosidad, nacemos encadenados por ella, remando, en una gran galera sin oportunidad de liberarnos. ¿Vivir sin sentido? Veo, mi espíritu descender a todas las aberraciones, delirios de la carne.
Penetrar en ese mundo, se nos va haciendo inagotable; La creatividad de la mente se transforma, se posesiona el delirio. Traté, de huir, fui moldeado por las inmensidades azarosos, aconteceres, casualidades fortuitas, como si fuesen planificadas con antelación, de un modo mágico, llegar a un sitio sin pensar, saboreamos un café, de pronto desviamos la vista, quedamos, observando algo, a alguien; Y, a partir de ese momento se desenrollan una serie de sucesos imprevistos, nunca pensados, esperados, que nos conducen a situaciones que nos atrapan, sin tener la oportunidad de zafarnos.
Cuando reaccionamos sobre su existencia desapercibidas, muchas no dejan de haber sido son nimiedades, sin importancias; Sumamos, es casi toda ella la vida, miramos hacia atrás ¿Esté, he sido? En el seno materno, recibimos sentimientos, instintos, genes, emociones, felicidades, maldades, amor; El embrión penetra en ellos, o viceversa, irrumpe, intuye, desea quedarse ahí, en la oscuridad del vientre, no salir ¿Para qué? Soy joya en invalorable estuche, nada requiero ¿Qué hay una vida bella? ¿Cuál?
Mi ilusión de la vida acababa, no hay retorno. La existencia, los miles de hilos de una gran carpa, que nos cubre ¿Su duración? Depende de nosotros, o de otros, siempre se ha de romper, desaparecer, fenecer. Subida la cima alegórica, ilusión de haber llegado, confiados nos hacemos, olvidamos tan fácilmente que la precipitación es demasiada dolorosa, abrupta; Para mí era urgencia, esencia de regreso a la montaña con verdes árboles; Ser Copero de Oro, escanciar el néctar de la muerte.
En el reten fuimos uno solo; Todo se hacía, deshacía, a su antojo, voluntad, tuve suerte o desdicha, que su traslado a la cárcel concibiera con la mía, quizás fue planificado por él, sus tentáculos se ramificaban como un pulpo, de miles de brazos; En el Reten, luego en la Cárcel, planificaba atrocidades, homicidios, secuestros, torturas, extorsiones, ejecutadas con precisión, maldad, eficacia, prontitud. Lo admiraba, mis ojos se abrillantaban con goce diabólico, mi alma se hacia fausta, su ejecutor preferido el señor Gian, decía -Su organización es una maravilla, eficientísima, sapientísima. Sus mafias, constituidas por políticos, abogados, jueces, fiscales del Ministerio Público, se conjuraron para conseguirle un indulto presidencial. ¡Perdón!
¿Será hoy, el fin de todo? ¿Cómo será el vacio? ¿En cuál muró me estrujaran? ¿Me remataran como al toro en la corrida? ¿Cuántas cuchilladas? A veces desprenden los ojos, el falo, y lo demás…. ¿Qué, si he visto, ejecutar? ¡A, muchos! ¡Son carnicerías!, ¡Verdaderas! ¿Quién sabe? ¿Quién será, el primero?
¡Veo, el grifo de la pensión, me aspira, lo logró al fin! ¡Una, inyección! Burda sin delicadeza, otra más, siguen los brazos, piernas, se vencen, espalda encorvado, pecho, surcado por el arado, ardiente fuego dentro, roja, sangre
¡Hay, madre! ¡Suave, Imperceptible! Doblégame, El Mercado, La Calle de las, Putas, no hay luces; Apagadas ¡TODAS! Vacio, extendido en el piso, desplegado;
¡No me encuentro! < Nada > ¡He! ¿Quién?.... ¿Debe ser alguien?…. He escuchado voces, sin palabras Tristes bocas… ¡Tengo miedo, por todas partes ¡Sangre! ¡Se desprende Un ojo!, ¿De ellos? ¡Mío! Los suyos no se mueven, fijos, con odio,
El futuro es juego, una hora, un minuto, vivir ¡Más! en este mundo; Todo es crimen ¡Extraordinario!…… ¿Te, has enterado? ¡Han, apresado la banda, de los Enanos! ¿Entera? ¡En la calle de las Putas!..... Los rodearon ¡Así, circular! sin escapes, según dicen, ellos; No sabían, los rodearon ¿Stalin? Dormido, ¡Insectos!, ¿En una red? ¡Que, cabrones! ¿En, las cloacas? ¿Sin, regreso? ¿Sobre mi?
Llegó, el Cura ¿Yo? Sin desesperación, moribundo, ansiaba verlo. Mi interior, estático, el cuerpo calambres, transpiro acido. Acechaban erizados los vellos; Un solo ojo, fijo, penetraba, como daga, Acercase, simulando santidad ¡Hipócrita! –Pensé- con las pocas fuerzas que aún no habían huido; Con voz tronante, cavernaria, del que está Ido, le espete
< ¡He logrado sobrevivir, para ver su rostro! ¡Cuando murió mi madre! < Vi, el de Jesús Cristo > Sin sangre brotando ya, termínasela, en su cuerpo coagulada, seca, tortuoso triturar, moler, flagelado, clavado, cuerpo, miembros, órganos, ese iluminado reflejo de su crucifixión, dolor, piedad, perdón, sacrificio por la redención de los pecados de los seres humanos.
Me acompaño, insistente, tratando de conducirme por el bien, ¡Anhelaba, deseaba con odio! la muerte, de mi madre.
< Él lloró conmigo, mi arrepentimiento > Cuando cumplí trece años, fui en su búsqueda, en su lugar, halle, encontré, el cuerpo, la representación real del Mal, que ha sido más fuerte, poderoso.
< Imán, de mirada, lasciva, lujuria, cincelando, aniquilando, destruyendo, corrompiendo>
< ¡Verlo, ser visto, antes de mi muerte…Es mi tercer deseo! >
Termino la misa, el niño continuaba esperando, quedaron solos, el joven religioso, y él. Sin mediar palabras, lo tomo de la mano, y lo condujo a la entrada del Infierno…… Su Despacho.
Maracaibo 18- Mayo de 2011
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario